domingo, 2 de febrero de 2014

Los fanfilms de Star Wars

El universo Star Wars nació a partir de la película de 1977 La guerra de las galaxias, escrita y dirigida por George Lucas. Recuerdo la primera vez que vi la película original, en el vídeo de casa de unos vecinos, en un cumpleaños, tendría cinco o seis años. Si después de treinta años sigo soñando con mundos de fantasía es gracias o por culpa de aquel visionado precoz. Para mí, Star Wars es más que una película. Podría escribir páginas y más páginas sobre ella y todo lo que le rodea, y no me cansaría. Star Wars no es únicamente los largometrajes que todo el mundo conoce (La amenaza fantasma, El ataque de los clones, La venganza de los Sith, Una nueva esperanza, El Imperio contraataca, El retorno del Jedi… y lo que Disney y J. J. Abrams tengan a bien a realizar en un futuro), también abarca telefilmes, series de animación, novelas, cómics, y videojuegos: el conocido como universo expandido. Este universo expandido está tan expandido (valga la redundancia), que es inmensamente más extenso y complejo que las seis películas producidas hasta la fecha. Conocer todo este universo en su totalidad es una tarea titánica, incluso para un fan como yo. He leído un puñado de novelas y cómics, un vaso de agua del vasto mar que es Star Wars, así que no tengo un conocimiento enciclopédico de toda la geografía e historia de este universo, aunque algo sé… quizás algo más de lo que debería.

Uno de los fantásticos pósters originales de La guerra de las galaxias
Los fans de Star Wars, que somos legión, han homenajeado su saga favorita de muchas formas. Amparándose en que si uno realiza algo sin ánimo de lucro, es lícito hacerlo, hay quien ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo en crear sus propias historias dentro de este universo, ya bien sea en el ámbito de la literatura (fanfictions) o en el de la cinematografía (fanfilms), y es a estos últimos a los que está dedicado este post. Coger papel y lápiz, escribir una historia y publicarla en internet es algo sencillo, independientemente de la calidad literaria que tenga. Pero realizar un film puede llegar a ser muy complicado, y si quieres que tenga algo de calidad no sólo has de invertir tiempo, también dinero… y en algo que por narices ha de ser sin ánimo de lucro. Pues bien, a pesar de lo dicho, hay quien es capaz de crear obras cinematográficas que poco tienen que envidiar a una producción de ciencia-ficción profesional, con actores, vestuario, maquillaje, música y efectos especiales. ¿Cómo logran estos autores hacer realidad su sueño de rodar una película de Star Wars? Supongo que con mucha paciencia, contactos, y colaborando con gente que tenga ganas de participar en dichos proyectos por amor al arte.

Una de las razones por las cuales proliferan estos fanfilms es la escasez de películas originales en imagen real. Hasta la fecha sólo se han realizado nueve: las seis películas, los dos spinoffs para televisión de los ewoks (La aventura de los ewoks y La batalla por Endor), y ese engendro repudiado por el propio Lucas que es Star Wars Holiday Special. En estas circunstancias, no es de extrañar que los hambrientos fans se decidan a realizarlas ellos mismos. Otra razón destacable es que estas películas, distribuidas gratuitamente a través de internet, pueden servir de trampolín a la industria cinematográfica para muchos de sus creadores.

Hay decenas de fanfilms colgados en la red, la mayoría de ellos no valen la pena, no pasan de ser divertimentos, muchos de ellos humorísticos o paródicos. Pero hay algunos que harán las delicias de cualquier aficionado. A continuación haré una reseña de mis favoritos, he descartado aquellos que cogen elementos de Star Wars, pero que no están ambientados en ese universo (por ejemplo el famoso y descacharrante Ryan vs Dorkman) y los de animación.

He aquí mi lista, todos ellos tienen subtítulos en castellano disponibles, algunos sólo hay que buscarlos un poco. Los he ordenado en un hipotético orden cronológico, en relación al propio universo de ficción.

Contract of Evil

Fanfilm estadounidense de 2004, dirigido por Lou Klein y Kantz, dura unos 16 minutos.

Bonito póster que imita a los que hizo Drew Struzan para las ediciones especiales y las precuelas
La historia se sitúa un poco antes de La amenaza fantasma, en ella se narra como Darth Maul se convierte en el único discípulo de Darth Sidius. Una película cortita y sencilla, básicamente se trata de una pelea de sables láser al borde de un acantilado. Está muy bien coreografiada, los actores deben de ser especialistas (uno de ellos, además, es codirector). El maquillaje es sobresaliente, muy profesional; los efectos especiales, correctos.

El mejor duelo en un fanfilm, poco más se puede decir.

Renacimiento

Fanfilm chileno de 2008, escrito y dirigido por Inti Carrizo-Ortiz,  dura unos 32 minutos.

Preciosa ilustración para el póster de la película.
Ambientado pocos años después de La venganza de los Sith, quizá tenga el guión más redondo de esta lista de fanfilms. Cuenta la historia de unos jedi perseguidos durante la Gran Purga. En él salen personajes de los largometrajes y el universo expandido. Resulta curioso que en esta película de aficionados aparezcan conceptos que van a ser aprovechados en la nueva serie oficial de animación de la franquicia, Rebels, como la persecución de los jedi supervivientes a la Orden 66 por parte de un grupo de antiguos compañeros, traidores a su propia causa, y que son conocidos como ejecutores imperiales (en la nueva serie se llamarán inquisidores imperiales). La historia es muy buena, y es la gran baza del fanfilm, elogiado por el mismísimo George Lucas. La ambientación es pobre, como es natural; la música está fusilada de las películas, para variar; y los efectos especiales no son nada del otro mundo, como cabría esperar. No obstante, lo que realmente lastra Star Wars Renacimiento son dos cosas que no hubieran supuesto demasiado esfuerzo a sus creadores: la primera es la pésima calidad de la copia que podías descargar desde su página oficial, demencial, mareante, psicodélicamente pixelada… ¿tanto costaba subir una copia decente?; la segunda es el espantoso trabajo con la mezcla de sonido, no por poner la música más fuerte das más dramatismo a una escena, sobre todo si no puedes escuchar bien a los actores.

Pese a estos defectos, muy recomendable.

Revelations

Fanfilm estadounidense de 2005, dirigido por Shane Felux, dura unos 47 minutos.

Un gran cartel para quizás el más ambicioso fanfilm jamás rodado
La historia tiene lugar unos años antes de Una nueva esperanza, narra la historia de dos hermanas jedi, el amante de una de ellas, también jedi, y un amigo contrabandista. Los jedi supervivientes siguen siendo perseguidos por el Emperador, Vader y sus secuaces, La clave de este juego del gato y el ratón se encuentra en un antiguo holocrón y un planeta escondido.

Todo un hito en el mundo de los fanfilms, Revelations supuso un antes y un después en lo que respecta a la calidad técnica. Los efectos especiales y la ambientación tienen muy poco que envidiar a una producción de ciencia-ficción media (la huida de Corellia es espectacular, puro Star Wars). Participaron fans de todo Estados Unidos de manera desinteresada, y el resultado salta a la vista de cualquiera. Las interpretaciones son correctas y el argumento es entretenido y eficaz. Pocas pegas se le pueden poner, quizá lo único en lo que flojea es en la banda sonora que, aunque original, suena muy casiotone, en esa época ya existían programas con los que lograr una apariencia de orquesta de verdad, por lo que no entiendo porque optaron por esa estética musical tan alejada de la épica de Star wars. El autor de la partitura es Chris Bouchard.

Una obra maestra del fanfilm, te deja con ganas de una segunda parte.

 A Light in the Darkness

Fanfilm estadounidense de 2011, escrito y dirigido por Fed Wetherbee, dura unos 40 minutos.

Otro póster imitando a Struzan, salvo que esta vez no se trata de una ilustración, sino un fotomontaje
Se narran hechos situados pocos años antes de Una nueva esperanza. En esta historia no aparece ningún personaje de las películas o el universo expandido, en ese sentido es completamente original. Tampoco comienza con el clásico opening crawl de la saga (las letritas que se pierden en el espacio mientras suena la fanfarria de John Williams, para entendernos). Su trama se centra en un joven rebelde en un mundo controlado por el Imperio Galáctico a través de un malvado cacique local. En un intento de infundir valor a su mundo sojuzgado, reparará el sable láser de un jedi que conoció de niño, durante las guerras clon, para hacerse pasar por jedi, de ahí el título del fanfilm. Una curiosa historia sobre los sueños infantiles y el valor de los símbolos, funciona muy bien. Los actores están en su papel, los efectos especiales son correctos, la ambientación está muy lograda, y la banda sonora, además de ser original de Trey Pollard, está interpretada por una pequeña orquesta de viento.

No le veo ningún defecto destacable, un fanfilm muy correcto.

I.M.P.S. The Relentless (Episodio 1)

Fanfilm estadounidense de 2005, codirigido por Eric Hilleary, Nathan Pata y Dave Max, dura unos 21 minutos.

A falta de póster, una imagen del hangar de El Implacable
Ambientado poco tiempo antes de Una nueva esperanza, se trata del primero de una serie de episodios inspirados en el mítico fanfilm  Troops, del que hablaremos más adelante. A modo de docureality, cuenta las peripecias de soldados y oficiales imperiales en su rutina diaria, no aparece ningún personaje de la saga. El título del fanfilm hace referencia al nombre del destructor imperial protagonista, El Implacable. Espectacularmente ambientada, con efectos especiales notables, y con una banda sonora de Andy Garfield más que pegadiza, no dejará indiferente a nadie. No falta el humor negro,  la ironía y el cinismo en los diálogos y locuciones. En este episodio los I.M.P.S. (acrónimo de Imperial Military Personnel  Stories) patrullan un astropuerto fronterizo, con estrellas invitadas incluidas. Prestad atención al travelling del principio con los créditos y la fanfarria de Andy Garfield, impresionante. La voz en off de Peter Cullen al principio y el final, es todo un puntazo, pedazo de bozarrón. Peter Cullen es un actor de doblaje canadiense que ha puesto voz a personajes míticos como Optimus Prime y Karr (el hermano malvado de Kitt, en El coche fantástico), entre otros.

No se me ocurre ponerle ninguna pega, es fantástico.

I.M.P.S. The Relentless (Episodio 2)

Fanfilm estadounidense de 2009, codirigido por Eric Hilleary, Nathan Pata y Dave Max, dura unos 23 minutos.

Tampoco tiene póster, así que un fotograma del cortometraje
Segundo y, hasta la fecha, último episodio de esta serie de fanfilms. En esta ocasión, la tripulación de El Implacable tiene la misión de inutilizar una base de contrabandistas en un planeta helado. El equipo técnico y artístico es el mismo que en el primer episodio, y la calidad se mantiene en todos los aspectos.

Extinción

Fanfilm español de 2006, dirigido por Alejandro Beltrán, dura unos 11 minutos.

El póster hecho con más desgana de todos, tan malo como la interpretación de las dos mujeres protagonistas
La historia acontece poco tiempo antes de Una nueva esperanza, no es original, está basada en un cómic del universo expandido guionizado por Ron Marz y dibujado por Claudio Castellini. Narra un episodio más de la persecución de los jedi. La escasez de medios hace que la película se distancie del cómic, esto se hace especialmente evidente en la caracterización del personaje de La Dama Oscura, que no se asemeja en nada al que aparece en la historieta. El encargado del maquillaje podría haberlo hecho infinitamente mejor, no le hubiera costado demasiado, y el vestuario podría haberse mimado más. La fotografía, el montaje y la mezcla de sonido son impecables,  y los efectos especiales sencillos pero efectivos.  Ahora bien lo que más destaca de este corto es la voz de Darth Vader, ya que no es otra que la del grandísimo Constantino Romero (que Dios acoja en su gloria), el actor que dobló al personaje en las películas. La fabulosa dicción de Tino hace desmerecer la actuación de las dos féminas coprotagonistas que, ya de por sí, es muy mejorable.

Un gran fanfilm patrio que, aunque sólo sea por escuchar a Vader con su voz original en castellano, vale la pena ver.

 The Dark Redemption

Fanfilm australiano de 1999, coescrito y dirigido por Peter Mether, dura unos 24 minutos.

Bonita ilustración para el póster de esta producción
Los hechos tienen lugar muy poco tiempo antes de Una nueva esperanza. En The Dark Redemption aparecen personajes de las películas y el universo expandido. Cuenta la historia de cómo Mara Jade transmite los planos de la Estrella de la Muerte a la princesa Leia, antes de dejarse seducir por el Emperador. También narra los hechos que llevaron a Han Solo a deberle dinero a Jabba El Hutt (aunque el contrabandista corelliano no se ve en carne y hueso). La historia no es una maravilla, pero entretiene. Para lo antiguo que es, tiene unos efectos especiales respetables. La banda sonora, hecha con sintetizador, es completamente original, de hecho, ni siquiera aparecen temas de John Williams; incluye canciones de pop-rock, algo poco usual en este tipo de producciones. La música incidental es obra de Craig Sue y William Bowden, y las canciones de Nitocris. Otro de los aspectos que lo hacen diferente al resto es la utilización de rudimentarios decorados y maquetas, no todo son efectos informáticos.

Vale la pena echarle una ojeada.

Troops

Fanfilm estadounidense de 1997, coescrito y dirigido por Kevin Rubio, dura unos 10 minutos.

Fotograma de la peliculita que comenzó con toda esta locura de los fanfilms
Acontece en paralelo a Una nueva esperanza. Troops está considerado como el primer fanfilm de Star Wars de la era de internet, la ópera prima de todo este subgénero. Fue estrenado en la Comic-Con de San Diego, convirtiéndose en todo un fenómeno desde entonces. Se trata de una parodia del conocido programa de televisión Cops, donde unos periodistas grababan a policías mientras patrullaban las calles, uno de los primeros docureality de la historia. Kevin Rubio, que luego llegaría a hacer trabajos oficiales para la franquicia, nos muestra a soldados imperiales patrullando en el árido Tatooine, y no digo más para no reventar la trama. El humor negro está más que presente. Los efectos están muy logrados, incluso para los estándares actuales, y la realización es impecable.

No es el mejor de todos los fanfilms de Star Wars, en mi opinión, pero sí el más famoso.  Hay que verlo.

Broken Allegiance

Fanfilm australiano de 2002, coescrito y dirigido por Nick Hallam, dura unos 23 minutos.

Otro fotomontaje con los clásicos destellos de lente de Drew Struzan
La historia transcurre entre Una nueva esperanza y El Imperio contraataca. Tras la destrucción de la Estrella de la Muerte, Darth Vader entrena a dos jóvenes en las artes oscuras con el fin de que le ayuden a encontrar al piloto que destruyó la estación de combate, pero éstos se enamoran y deciden abandonarle. El argumento es sencillo, tiene acción y buenos efectos especiales; la lucha con sables láser está muy bien coreografiada, y el vestuario y atrezo está muy logrado. La banda sonora corre a cargo de Rich Johnson, y está interpretada por una pequeña orquesta, otro de los aciertos del corto. La única pega que le puedo poner es la falta de conexión del dúo protagonista, que hace que el espectador no sienta ningún tipo vínculo hacia ellos o lo que les acontece. 

Vamos, un fanfilm impecable en lo técnico y artístico, pero cuya interpretación es más gélida que Hoth. Aún así, sigue siendo uno de los mejores.

Imperio Oscuro: Transición

Fanfilm español de 2001, coescrito y codirigido por David Rosales y Jaume Cullell, dura 56 minutos.

Abigarrado fotomontaje en este póster, todos querían salir en la foto
Ambientado pocos años después de El retorno del Jedi, cuenta las peripecias de Luke Skywalker, Han Solo, la princesa Leia y Chewbacca. Luke se enfrenta a un trío de malvados lores del Sith, y Han, Leia y Chewbacca a un grupo de cazarrecompensas. La historia es original, pero tiene lugar entre dos cómics del universo expandido: Imperio Oscuro I e Imperio Oscuro II, guionizados por Tom Veitch y dibujados por Cam Kennedy, de ahí el título del fanfilm. Encaja bastante bien entre esas dos historias, de hecho, la última escena está sacada del comienzo de Imperio Oscuro II. Creo que es el primer fanfilm español de Star Wars que se rodó. Un grupo de amigos se disfrazó para el estreno de La amenaza Fantasma, y se pusieron de acuerdo para hacerlo. Los dos directores y guionistas son, también, productores, protagonistas, técnicos de efectos especiales y diseñadores de producción. La realización es de videoaficionado, el sonido directo hace que no se oiga casi a los actores, los efectos especiales son dignos de una película cutre de Bollywood, el guión es una sucesión de tópicos, el vestuario en algunos casos resulta ridículo, y las interpretaciones son de función escolar. Pero sabéis una cosa, pese a todo esto, es mi favorito, me encanta, a los diez minutos de metraje se te olvidan todos esos defectos. Adoro los héroes de la trilogía clásica, y este humilde fanfilm es el único que conozco en el que aparecen (no entiendo el miedo reverencial que tienen los realizadores de este tipo de películas a poner a Han, Leia, Luke y Chewie como protagonistas). La historia es divertida, llena de acción (tiroteos, peleas, duelos con espadas láser, una batalla espacial…), vamos, que tiene todo lo que se le puede pedir a Star Wars, y si ignoras los medios precarios, la torpe producción y postproducción, y las interpretaciones de chiste; disfrutarás como un niño. Se nota que se lo pasaron de cine rodándola, y uno se siente mirándola como si volviera a la infancia y se pusiera a jugar con sus naves de juguete, sus pistolas de plástico y su imaginación, improvisando aventuras en una galaxia muy, muy lejana… 

La palabra que mejor define Imperio Oscuro: Transición, es amor, amor por esa saga que comenzó Lucas en 1977. Una gozada, lástima que la copia que hay disponible en internet tenga tan poca resolución.

Dark Resurrection Vol. 0

Fanfilm italiano de 2011, escrito y dirigido por Angelo Licata, dura unos 41 minutos.

Flojita composición en este póster, no hace justicia a la película
Precuela de Dark Resurrection Vol. 1, que comentaré más adelante, narra hechos ocurridos siglos después de las películas originales. Con una ambientación oscura, más cercana a Alien o Dune, y unos efectos especiales soberbios, esta película cuenta como el maestro jedi Sorran, sucumbe a la tentación para tratar de convertirse en la Fuerza Viviente. Todo lo que diré a propósito del Vol. 1, se puede aplicar a esta precuela aumentado y mejorado. 

Es posiblemente el mejor fanfilm de Star Wars jamás rodado, una producción completamente profesional pese a su amateurismo. Por cierto, adoro el italiano, le da un toque operístico que queda fenomenal.

Dark Resurrection Vol. 1

Fanfilm italiano de 2007, escrito y dirigido por Angelo Licata, dura unos 60 minutos.

Un fanfilm de esta categoría se merecía un póster pintado a mano, no este fotomontaje... bellissima la protagonista
Un maestro jedi corrupto, Sorran, busca obsesivamente el templo de Eron, lugar donde logrará convertirse en un ser todopoderoso, la Fuerza Viviente. Para ello no dudará en enfrentarse a todo el Consejo Jedi, utilizando todos los medios que sea menester. El maestro Zui Mar-Lee  y su aprendiz Hope, tratarán de impedírselo, pero Hope tiene un misterioso y oscuro pasado que puede poner en peligro el equilibrio de la Fuerza en la galaxia. Esta aclamada película fue dirigida por un dentista italiano, y es la primera de una serie de tres (falta realizar el episodio final, el Vol. 2). Destaca el argumento (completamente original y bien articulado), los fantásticos efectos especiales, las interpretaciones de los actores (Giuseppe Licata, padre del director, compone un escalofriante villano, Sorran), los trajes y complementos, la efectiva banda sonora, la fotografía, el montaje (muy al estilo Matrix)… en fin, todo es extraordinario. Me llamó mucho la atención la escena de los créditos iniciales, todo un homenaje a Conan el bárbaro, salvo que en esta ocasión, en vez de forjar una espada se construye un sable láser. La calidad de esta serie ha sido posible gracias al trabajo desinteresado y los donativos de cientos de fans de todo el mundo. Sólo le puedo poner un par de pegas: la primera es que no aparezca ni un solo alienígena en todo el metraje (ocurre en los dos volúmenes), una galaxia sólo habitada por humanos le quita credibilidad como parte del universo creado por George Lucas; y la segunda es de sentido común, la historia se queda en continuará… ¿cuándo disfrutaremos del Vol. 2? Habrá que esperar a que Angelo Licata recaude el dinero suficiente para terminar su historia.

Qué puedo decir: visionado obligado para todo fan de Star Wars.

Enlaces

Muchas de estas peliculitas se encuentran sin ninguna dificultad buscando su título en Google, y están colgadas en Youtube, Vimeo, Dailymotion y similares. Para aquel interesado en bajarse alguna en un formato de mejor calidad (si es posible, ya que hay páginas oficiales deshabilitadas), propongo estos dos enlaces, en ellos no sólo podréis encontrar algunas de las mencionadas, también muchas otras:

http://kuatengineer.webs.com/downloadslibrary.htm
http://www.galactic-voyage.com/Movies-Fan%20Films.htm

Que la Fuerza os acompañe...

miércoles, 8 de enero de 2014

Marvels, la era de los prodigios

El Universo Marvel es uno de los más complejos mundos de fantasía y ciencia-ficción que existen. Hay miles de cómics, más de una veintena de largometrajes, series y películas de animación, novelas y videojuegos. Gran parte de esta complejidad reside en que es un universo que se va renovando a lo largo del tiempo, y que se va desgajando en otros subuniversos dependiendo de la época o el medio en el que se desarrolla. Son más de setenta años de franquicia que han dado para todo, y que en la actualidad sigue más viva que nunca.

Maravillosa ilustración con parte de los personajes del Universo Marvel No están todos los que son, pero sí que son todos los que están, como suele decirse en estos casos
Para este post, voy a inspirarme en una de las mejores obras de este singular universo: Marvels, un cómic de los años 90 que sabe captar como ninguno la esencia de los personajes originales y de la conocida como Edad de Plata de las historietas de superhéroes, que podríamos datar en los años 60 y primeros 70 del pasado siglo, una época fascinante.

El punto de partida de este universo es 1961, Stan Lee propone a su editor la creación de una serie de superhéroes similar a la Liga de la Justicia de América. Con poca convicción, éste acepta, apareciendo en Noviembre de ese mismo año el primer número de Los Cuatro Fantásticos, con dibujos de Jack Kirby. No obstante, la nueva criatura del tándem Stan, El Hombre, Lee, y Jack, El Rey, Kirby, dista mucho de los superhéroes que se habían visto hasta la fecha, estos superhéroes eran humanos, es decir, tenían problemas como cualquier mortal: amorosos, económicos, de salud, sociales… y se desenvolvían en un mundo cambiante y convulso como el de los años 60. Está claro que estas historias no eran culebrones: había acción a raudales, aventura, ciencia-ficción y fantasía, pero el lector se sentía identificado con esas vicisitudes cotidianas, se encariñaba de los personajes y veía reflejado en ellos sus propios anhelos y esperanzas.

La criatura fue creciendo poco a poco tras la llegada de Los Cuatro Fantásticos, fueron naciendo nuevos personajes: Spiderman, Thor, Doctor Extraño, Hulk, La Patrulla X, Daredevil,  incluso se reciclaron algunos personajes de la Edad de Oro, como el Capitán América o Namor.  No se trataba de superhéroes independientes, todos formaban parte de un mismo mundo. En muchas historias aparecían personajes de otra colección, como si se tratara de artistas invitados, la jugada era clara, incitar a los lectores de una colección a seguir otra. Se creó una cabecera que reunía varios de estos personajes en un grupo: Los Vengadores, fue un rotundo éxito. Había nacido el Universo  Marvel. A partir de esta cabecera las historias se hicieron más complejas, mezclando personajes y aventuras, tejiendo una telaraña de relaciones entre ellos difícil de romper, en muchos casos se había de adquirir dos cabeceras diferentes para poder seguir el hilo de un relato.

Toda esta complejidad tuvo cierta lógica hasta principios de los 70, ¿qué pasó?, muy sencillo: hasta esa época los personajes podían crecer y evolucionar al ritmo de sus lectores. Pongamos un ejemplo: Spiderman.

Entre la primera aparición del Lanzaredes en 1962, y la muerte de su novia, Gwen Stacy, en 1972, pasan 10 años. En la primera aventura, Spiderman es una adolescente de unos 15 años que va al instituto, en la segunda un joven que está acabando la universidad con unos 23 o 24 años. El tiempo real y el tiempo ficticio se mantienen más o menos a la par: el mundo ficticio cambia y el personaje crece al mismo ritmo que el mundo real y sus lectores. A partir de ese punto todo se desmadra, diez años después de la muerte de Gwen Stacy, Peter Parker (Spiderman), sigue yendo a la universidad como un estudiante de postgrado de unos 25 años, diez años más tarde, ya en los años 90, seguirá sin cumplir los 30, aunque, eso sí, el mundo ficticio a su alrededor habrá cambiado. Lo mismo ocurrirá con el resto de personajes de la franquicia.

Algunos Vengadores vistos por Alex Ross, dibujante de Marvels
El cómic Marvels, la era de los prodigios, escrito por Kurt Busiek y dibujado por Alex Ross en 1994, es un homenaje a las historias clásicas de los 60 de Marvel. Desde mi punto de vista, si no el mejor, sí es uno de los mejores cómics de superhéroes que se ha publicado jamás. Y me encanta, no sólo por su calidad artística, que es sobresaliente, me encanta porque esa dicotomía entre mundo real y mundo ficticio se unifica, la historia está ambientada en los años 40, 60 y 70, y los hechos que en ella se narran (relatos sacados de los cómics de esa época), se cuentan desde los ojos de un ciudadano de a pie, un fotógrafo, un personaje que pasa de casarse con su novia a principios de los 40 a jubilarse a principios de los 70. Nunca el mundo de los superhéroes se ha descrito con tanto realismo como en Marvels.

La serie originalmente fue publicada en cuatro números, donde se cuenta la historia del fotógrafo protagonista, Phil Sheldon, en primera persona.

El primer número se ambienta a principios de los 40, se funden perfectamente los hechos históricos reales, como el ataque a Pearl Harbour y la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, con los episodios de los cómics de aquella época, protagonizados por el Capitán América, la Antorcha Humana Original o Namor. No he leído los cómics en los que se basa, seguramente muy inocentes y simplones, pero el hecho de envolverlos en su contexto histórico real, con el fotógrafo de protagonista, así como la plasmación gráfica de la época por parte de Alex Ross; le dota de una profundidad y realismo impensable en los cómics originales.

El segundo número acontece en los años 60, el fotógrafo está casado, tiene dos hijas y trabaja en el Daily Bugle, quiere publicar un libro con las fotografías que hace de las hazañas de los superhéroes, los “prodigios” como los denomina él. En mi opinión, el número se centra en comparar las luces y el glamour de personajes como los Cuatro Fantásticos o Los Vengadores, con las sombras de aquellos otros superhéroes que son odiados y perseguidos, La Patrulla X y los mutantes en general. Una historia narrada de forma fabulosa y que llega al corazón. El número está lleno de guiños a episodios del Universo  Marvel y a la época en el que acontecen. Para muestra esta impresionante “splash page” de la boda de Mr. Fantástico con la Chica Invisible, aparte de los superheroicos invitados, seguro que sois capaces de encontrar a cuatro  jovencitos de Liverpool entre ellos. 

Puedes besar a la supernovia, Reed
El tercer número se centra en uno de los acontecimientos más conocidos del Universo Marvel: la llegada de Galactus, El Devorador de Mundos. Muy interesantes y humanas las reacciones del pueblo ante este desconcertante hecho: hay quien tiene fe en los superhéroes, hay quien piensa que el fin del mundo ya ha comenzado, hay quien cree que la culpa de todo la tienen los superhéroes, e incluso hay quien piensa que todo lo que ocurre es una farsa. El fotógrafo se encuentra entre los primeros. En este número no tienen desperdicio las splash pages que describen el enfrentamiento de Los Cuatro Fantásticos con Galactus, están intercaladas con páginas más sencillas que narran la historia de los meros espectadores, una forma muy gráfica de comparar la grandeza de las gestas superheroicas con  los miedos y esperanzas de la gente corriente que no sabe realmente qué es lo que está pasando.

Galactus jugando a los cochecitos en mitad de Nueva York
El cuarto número representa la pérdida de fe del protagonista, en él se da cuenta de que los superhéroes pueden fallar, que no son dioses, que no podemos, que no debemos, quedarnos sentados a que resuelvan nuestros problemas, hemos de hacerlo nosotros mismos. La vida no es justa, los superhéroes pueden desbaratar una invasión extraterrestre, pero no pueden evitar que una persona buena muera. La historia clásica que sirve de fondo a toda la trama del número es la de la muerte de Gwen Stacy, el cómic que robó la inocencia a los cómics.

El Duende Verde raptando a la inocente Gwen Stacy
No puedo terminar sin comentar el trabajo gráfico de Alex Ross, un dibujo hiperrealista muy alejado del estilo superheroico. La frase no es mía, y no recuerdo dónde la leí, pero define muy bien el estilo de Ross: Si los superhéroes existieran, serían como los que dibuja Alex. Y es cierto: las caras de los personajes parecen retratos (Tony Stark es clavadito a Timothy Dalton), gran trabajo con las expresiones, los superhéroes no están hipermusculados, las arrugas y las costuras de  sus trajes se ven (el atuendo de Spiderman semeja un disfraz casero, que es lo que en realidad es), y la ambientación de la época (coches, moda, utensilios, etc.) es maravillosa, se nota que se documentó mucho para que quedara perfecta. La única pega que se le puede poner al dibujo de Alex Ross, por ponerle alguna, es el hieratismo de los personajes, da la sensación de que se trate de instantáneas, seguramente sea algo premeditado, teniendo en cuenta la naturaleza de la historia, o puede, simplemente, que Ross abusara demasiado de los referentes fotográficos.
En fin, un gran cómic que interesará incluso a aquellas personas que no son amantes de los justicieros con mallas.

Brillante página donde se hace más que evidente la diferencia conceptual entre los superhéroes y la gente de a pie, principal premisa de todo el cómic  


Existen varias ediciones en español, yo recomiendo la última de Panini, 9,99 €, un chollo, vamos.

sábado, 13 de agosto de 2011

El Flash Gordon de Alex Raymond

Por el título del blog, pensé que tendría cierta lógica dedicar mi segundo post, el primero con contenido, al cómic de Flash Gordon.

Flash Gordon es uno de los grandes clásicos del cómic, su andadura en los medios, con sus luces y sombras, dura hasta prácticamente la actualidad, pero toda la gloria se la debe al noveno arte. Durante su larga trayectoria, las aventuras de Flash Gordon han sido dibujadas por varios autores, ya sea en páginas dominicales (sundays), tiras de prensa (daily strips) o cuadernos de historietas (comic books), entre ellos destacan, en el apartado gráfico, Alex Raymond, Emmanuel Mac Raboy, Dan Barry o Al Williamson (al que pertenece la ilustración del título del blog); y en el de los guiones, Don Moore, Harvey Kurtzman o Harry Harrison. Pero para empezar, hoy sólo hablaré del Flash Gordon original, el de Alex Raymond, dejaré para más adelante otro post dedicado al de Dan Barry (en mi opinión, el mejor Flash Gordon).

Flash Gordon nace en 1934 como alternativa del King Features Syndicate a otra serie de fantasía y ciencia-ficción nacida en 1929: Buck Rogers, de la rival National Newspaper Syndicate, y dibujada por Dick Calkins. Para ello contrataron a un joven artista, Alex Raymond, que había trabajado como ayudante de Lyman Young en Tim Tyler´s Luck (Jorge y Fernando por estos pagos), entre otras colaboraciones sin acreditar.

El esquema de la nueva serie era muy parecido al de Buck Rogers: un héroe americano de una pieza, un imperio malvado de rasgos asiáticos (el peligro amarillo que se puso de moda a raíz de la novela homónima de Mathew Phipps Shiel, y, sobre todo, al personaje Fu Manchú, de Sax Rohmer), y elementos de ciencia-ficción. Si bien, Buck Rogers se desenvuelve en una Tierra del futuro, el siglo XXV, tras sufrir un accidente que lo deja en animación suspendida; y Flash Gordon en la época contemporánea, pero en un mundo extraterrestre al que llega por accidente. Por supuesto, Flash Gordon tendrá una novia eterna, Dale Arden, un enemigo incombustible, Ming El Despiadado, y multitud de aliados, entre los que destaca un servidor, el Dr. Hans Zarkov.

El rubio héroe hace su debut el  7 de enero de 1934, junto a Jungle Jim, otra serie de Raymond de aventuras.  El punto de partida de la serie está inspirado en la novela (llevada al cine años más tarde) Cuando los mundos chocan, de Edwin Balmer y Philip Wylie, publicada el año anterior. Un planeta errante sigue un rumbo de colisión contra la Tierra, y sólo el Dr. Zarkov puede evitar el funesto destino de nuestra civilización, estrellando un cohete espacial  cargado con un superexplosivo con la potencia suficiente para desviar el planeta errante. Unos meteoros derriban el avión en el que viajan Flash Gordon y Dale Arden, y éstos aterrizan cerca del laboratorio de Zarkov, quien, en un estado de enajenación transitoria, los obliga a embarcarse con él en el cohete de su invención en misión suicida. La primera sunday de Flash Gordon termina con el ingenio de Zarkov rumbo al misterioso planeta.

El planeta Mongo
Aunque el dibujo de Raymond todavía es un poco diletante, es infinitamente superior al de Calkins en Buck Rogers, y, en poco tiempo, se torna tan espectacular que Flash Gordon se convierte en la serie de fantasía y ciencia-ficción por antonomasia. No nos engañemos, el éxito se debe exclusivamente al dibujo de Raymond, que junto a Hal Foster representa la cumbre del clasicismo historietístico. Los guiones, primero del propio Raymond y luego de Don Moore, son pura filfa, una sucesión de batallas, enfrentamientos personales, y erotismo a flor de piel, acompañados de unos personajes planos que no evolucionan  a lo largo de los diez años que dura la etapa de Raymond. La gran baza de la serie es la extraordinaria plasmación gráfica de un mundo de fantasía  (muy cercano al de las novelas planetarias de Edgar Rice Burroughs o los relatos de pulps como Weird Tales), en contraposición a un mundo real marcado por la profunda crisis económica que empezó con el crack de Wall Street en 1929, y que terminará con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La gente, y especialmente los niños y adolescentes, buscaba evasión en los años 30 del pasado siglo, y eso lo ofrece Flash Gordon a raudales, aunque hoy en día sus planteamientos argumentales se nos antojen pobres, muy pobres.

El trabajo de Raymond en Flash Gordon puede dividirse en tres etapas. La primera, una etapa de búsqueda de estilo, dura desde el principio hasta el famoso Torneo de Mongo, en diciembre de 1934. La segunda, que podríamos calificar como romántica, duraría desde el Torneo de Mongo hasta el primer exilio en Arboria, en mayo de 1937. La tercera y última se conoce como clásica, y duraría hasta el abandono de Raymond, en la primavera de 1944, al ser llamado a filas por el Tío Sam.

Una vez llegados a Mongo (el cohete no explota y el planeta nunca chocará con la Tierra), Flash y Dale (Zarkov se les unirá más tarde), iniciarán un periplo por el planeta en el que irán conociendo a los personajes secundarios principales. El primero de todos, Ming, El Despiadado, supremo emperador de Mongo que decide quedarse con Dale y ajusticiar a Flash de inmediato, afortunadamente no conseguirá ninguna de las dos cosas. Al mismo tiempo aparecerá la princesa Aura, hija de Ming, que se queda prendada del terráqueo, y no dudará en enfrentarse a él para conseguir sus propósitos. Aura es sin duda la dama más sensual de toda la serie, una caprichosa mujer que no tiene ningún reparo en hacer cualquier cosa, por reprobable que sea, con tal de llevarse a nuestro héroe a su principesco lecho, cosa que no conseguirá. Flash siempre se mantendrá fiel a la casta Dale, pese a los envites de Aura y toda una cohorte de bellas féminas que tratarán de conquistarlo a lo largo de toda la serie. Podemos decir que las aventuras de Flash se articulan en torno a dos elementos: su enfrentamiento con Ming u otros aprendices de tirano, y sus esfuerzos por no sucumbir a los encantos de voluptuosas, y en algunos casos pérfidas, mujeres, como iremos viendo. Como en las novelas de Burroughs, las mujeres de Mongo son muchísimo más liberales que las terrestres, siendo esta actitud, así como la maestría de Raymond al dibujarlas ligeras de ropa, uno de los máximos atractivos de la serie.

Vultan, un rey con grandes apetitos
Mongo es un gran mosaico de reinos que viven en una eterna guerra entre ellos, cosa de la que se aprovecha el propio Ming. Raymond dota a los habitantes de algunos de estos reinos con rasgos mitad humanos mitad animalescos: los hombres tiburón, los hombres mono, los hombres pantera, los hombres león, los hombres dragón, los hombres lagarto, los hombres halcón… en ese sentido resulta poco imaginativo. Más llamativas son las criaturas irracionales que pueblan Mongo: dragones subterráneos de piel metálica, Tsak (un monstruo bicéfalo), los wolvrons (unos lobos acorazados) Sulpha (el dragón sagrado de los hombres halcón)… y de las que el rubio aventurero dará buena cuenta de forma milagrosa.

Los hombres león
El primer aliado que encontrará Flash nada más llegar a Mongo será el principe Thun, un hombre león, y después el príncipe Barin, supuesto heredero legítimo del trono de Mongo. En estas primeras aventuras Flash vivirá una vida de paria, vagabundeando o siendo hecho prisionero por sus enemigos, pero todavía no se ha convertido en un símbolo de la rebelión contra Ming, sólo trata de sobrevivir y rescatar a su amada Dale de las zarpas de lascivos antagonistas. El perdido Zarkov reaparece, y a partir de entonces se convierte en el mejor aliado de Flash y sus amigos, ideando todo tipo de planes y creando todo tipo de ingenios.

Tras poner Flash y Zarkov en serios apuros la ciudad volante de los hombres halcón, su rey, Vultan, admirado por la valentía y osadía de los terrestres, y espoleado por la mutua animadversión hacia Ming, se convierte en aliado y amigo. La etapa de Flash, Dale y Zarkov como extraños en tierra extraña termina, y con ella la etapa de aprendizaje de Raymond. En poco menos de un año el dibujante y el personaje ya son una celebridad historietística. A la sombra de Gordon nacerá otro personaje de ciencia-ficción: Brick Bradford.

En diciembre de 1934 Flash decide participar en el Torneo de Mongo, una especie de lucha de gladiadores a la que puede presentarse cualquiera, incluso un proscrito como él. Las reglas del singular torneo son fáciles: es a muerte y sólo puede quedar uno. El que sobreviva recibirá como recompensa un reino en Mongo. El rubio terrestre, ni corto ni perezoso, se apunta porque quiere ganar un reino para Dale, su amada (otra cosa no, pero hay que reconocer que Flash los tiene bien puestos). El torneo tiene lugar, y en él también se presenta Barin, que pugna por el reino y por el amor de Aura (que sigue empecinada en seducir a Flash). Tras sangrientos combates, al final sólo quedan Flash y Barin, que participa encapuchado, y que duda entre la lealtad a su amigo y su ansia de conquistar a Aura. No entraré en detalles, pero al final son declarados vencedores los dos, y como premio reciben un reino cada uno y la mano de su amada.

Aura, una mujer de carácter
En estas sundays, Raymond toca el cielo, violencia y erotismo a partes iguales. Se libera de la rigidez, optando por un montaje de página más espectacular, y con dibujos más grandes y elaborados. La narrativa funciona a la perfección, y todas las escenas de acción tienen un gran dinamismo. Antológica es la página donde los héroes viajan al torneo. Pero quizá lo más recordado del mismo sea Aura, que aparece con un atuendo transparente que enseña casi todo (fijaos bien en la viñeta que acompaña el post, y recordad que estamos en 1934 y que eso se publicaba en los periódicos).

Aura, la discreción hecha mujer
Flash Gordon se dirige a tomar posesión del Reino de las Cavernas, pero todo no podía ser tan fácil, el susodicho reino debe conquistarse antes. La mayor oposición la encontrará en Azura, La Reina Bruja, que tratará de convertirlo en su consorte, y no duda en drogarlo para conseguirlo. La pobre Dale sufrirá en sus propias carnes el sadismo de la reina. Al final, Flash vence y se convierte en rey, pero Ming no se lo cree y le envía una carta burlándose de él. Flash entonces decide declararle la guerra, es el primer enfrentamiento a gran escala de los dos. A pesar del apoyo de Barin y Vultan, Flash pierde, yendo a parar al submarino reino de Coralia, gobernado por otra beldad aristocrática, la reina Undina,  que se encapricha de él. No duda en someterlo a una operación para que respire agua como ella. Tras sus aventuras en el reino submarino, decide exiliarse en Arboria, el Reino del Bosque, gobernado por su fiel amigo Barin. Este primer exilio ocurre en primavera de 1937.

Las peripecias de Flash en el Reino de las Cavernas, su primer enfrentamiento con Ming, y su aventura en el reino submarino; son las que tienen un montaje más complejo, un dibujo más abigarrado, y un audaz uso de las tramas para acentuar el dinamismo de las composiciones y el claroscuro. El resultado se asemeja mucho al de los grabados románticos del siglo XIX, por eso se suele calificar como etapa romántica del personaje.  La oscuridad, la violencia y el erotismo, especialmente en su vertiente fetichista, se acentúa. Para muestra, estas magníficas viñetas.

Raymond el fetichista

La pareja que combate unida, permanece unida

Undina, otra mujer de carácter
Las aventuras de Flash, a partir de ese primer exilio en Arboria, se tornan más políticamente correctas y previsibles. Flash ya no es ese héroe sigfridesco, se convierte en un caudillo libertador de ideas demócratas, como George Washington. Se pierde ese erotismo salvaje, transformándose en una sensualidad mucho más contenida. El nuevo estilo, muy limpio y clásico, enfatiza este nuevo rumbo que se mantendrá hasta el final de la serie. Los planos cortos se convierten en los protagonistas de los encuadres, y las figuras se vuelven cada vez más estáticas (un efecto secundario  del uso excesivo de los modelos fotográficos).  Es un dibujo exquisito, y los personajes se muestran facialmente más expresivos, sin duda, pero la narratividad se ve reducida, y las escenas de acción ya no resultan tan emocionantes. A esto hay que sumarle el abandono progresivo de los bocadillos, siendo sustituidos por las cartelas, tal y como hacía Hal Foster en  su Príncipe Valiente. El formato de la sunday, dos filas de viñetas horizontales, limita el montaje de la misma, aparte de reforzar el estatismo, algo que no ocurría con Príncipe Valiente, de formato vertical.

Nada más llegar a Arboria, Flash es descubierto por los espías de Ming.  Después, Se produce el segundo enfrentamiento con Ming, aliándose con Bulok, un revolucionario de Mingo, la capital de Mongo. La hermana de éste, Sonja, tras ser rechazada por Flash (qué tendrá el rubiales… que deje alguna para los demás), los traiciona a ambos, y Flash se ve obligado a esconderse otra vez en Arboria, en otoño de 1938. La pobre Sonja tendrá un poético final.

En el reino de los bosques, Flash y compañía descubren que Barin y Aura ya son papás de un lindo bebé de nombre Alan (los monarcas arborianos aprovechan mejor el tiempo que Flash y Dale, por lo visto). Pero el ilustre abuelo del principito Alan (Flash en arboriano) visita a su nieto, y  descubre al terrestre. Flash tiene que huir al reino helado de Frigia, donde gobierna la reina Fría que, adivinadlo, se encapricha de nuestro héroe. Allí vive varias aventuras en compañía de Dale, Zarkov y el príncipe Ronal, un primo de Barin. y otra vez se desencadena la guerra al ser descubierto Flash. En esta ocasión el héroe rubio se alía con los mecánicos de Mingo, capitaneados por Ergón, que también tiene una bella hermana, Rena, que, al contrario de la voluble Sonja, no traicionará su causa. Finalmente, en primavera de 1941, tras siete años de enfrentamientos, Ming es derrotado y se instaura la democracia en Mongo. ¡¡Viva!!

Un beso de película

¡Viva Flash!
Pero las aventuras no acabarán aquí, y poco antes de que los Estados Unidos entren en la Segunda Guerra Mundial, en diciembre de ese año tras el ataque japonés a Pearl Harbour, Flash vuelve a la Tierra junto a Dale y Zarkov para enfrentarse a una amenaza a su país: La Espada Roja, una especie de nación totalitaria de inspiración soviético-nazi. Este cambio radical en la serie sigue la línea de otros comics de la época, que de una forma u otra abogaron por la entrada de los Estados Unidos en la guerra antes de que lo hicieran en la realidad. La Espada Roja es una forma de nombrar al enemigo real: El Eje. Sin duda es la etapa menos afortunada de la serie, en mi humilde opinión.

Todo por la patria
La Espada Roja es vencida al mismo tiempo que los Estados Unidos entran en la guerra, casualidades de la vida, y en enero de 1942 Flash vuelve a Mongo junto a sus amigos. El ciclo de Trópica, será el último que dibuje Raymond. Un príncipe codicioso y traidor, Brazor; una bella reina en apuros, Desira; y un príncipe de los ladrones de buen corazón, Gundar. En esta aventura Raymond se luce describiendo un continente de selvas, desiertos y cavernas. Una gozada para la vista, pero con un argumento poco original. En la primavera de 1944, será Raymond quien sea movilizado, marchando a la Segunda Guerra Mundial, su ayudante, Austin Brigss, se encargará de la serie a partir de ese momento. Raymond no volverá jamás a dibujar Flash Gordon, el personaje que le dio la fama, pero no porque lo mataran en la guerra, tranquilos, se dedicó a otros proyectos (Rip Kirby). Murió en en un accidente de coche en 1956.

Cabalgando por las selvas de Mongo
El Flash Gordon de Alex Raymond se ha editado en España desde tiempos de la Segunda República, la edición más reciente es la de Planeta, pero las imágenes que adornan este post son de la anterior, la de Ediciones B, de finales de los ochenta. El principal defecto que tiene esta edición es que las primeras sundays están achaparradas, en teoría para adaptarlas a las páginas sin dejar mucho espacio en blanco en los márgenes. Una chapuza que he intentado arreglar en las imágenes con el Photoshop.

¿Por qué leer Flash Gordon?

Si eres aficionado al cómic es fundamental, no hacerlo sería como ser amante de la ópera y no escuchar nunca Aída de Verdi. Es una gozada desde el punto de vista artístico, pero no esperes grandes sorpresas en lo argumental, es un comic para contemplarse más que para leerlo. Si te gusta la fantasía y la ciencia-ficción, exactamente lo mismo, es un clásico del que han bebido todos los artistas del género posteriores. Eso sí, procura hacerlo con los ojos de un niño y sin prejuicios. Déjate llevar por su suntuosidad y sensualidad.

Si deseas más información sobre Flash Gordon, visita esta estupenda página en español: http://flashgordon.260mb.com/index.htm

¡Buen provecho!

sábado, 6 de agosto de 2011

Un saludo desde el planeta Mongo

Primer post de este blog... y espero que no sea el último. En este blog me dedicaré a comentar obras de diferente naturaleza (cine, cómic, literatura, televisión, ilustración, música…), pero con un nexo de unión: la temática fantástica. He sido desde pequeño un asiduo lector, espectador y oyente de este tipo de productos culturales, como suelen llamarlos ahora, y me apetece compartir mis impresiones (todo bloguero es un poco exhibicionista) con todo aquel que aterrice por aquí, ya sea voluntaria o accidentalmente. Perdidos en Mongo es un lugar donde podréis encontrar información y opinión sobre mundos y universos que jamás han existido, y comentar todo lo que queráis. Evasión pura y dura.
Bienvenidos,
Dr. Hans Zarkov.